Este año vivimos la fiesta de la Madonna de un modo especial, ya que una familia de nuestra escuela nos donó un globo terráqueo. Lo recibimos con profunda alegría. Enseguida lo imaginamos colocado en el patio, pero modificado...
Nos encantó y nos pusimos a restaurarlo con una idea clara de cómo lo queríamos intervenir. ¿¡Algo le faltaba!?
Luego de un arduo trabajo de restauración, llegó el día de la Virgen de la Guardia: una gran fiesta para nuestra comunidad.
Una belleza se estaba por descubrir. El padre Damián iluminó el momento.
Llegó el instante esperados por todos... esperado con alegría, con felicidad, con ternura.
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