¡Feliz día Padre Pablo!
Somos muy agradecidos con Dios por haberte llamado al servicio y por tu SÍ generoso y humilde a la vocación sacerdotal.
Bendita sea siempre tu mirada: la que transforma, abraza y acompaña.
¡Que a través de María veamos siempre el brillo de tu mirada!
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