El miércoles santo celebramos juntos el camino de la cruz.
Camino de mucho dolor pero, sobre todo, de muchísimo amor.
Amor de Jesús que da la vida por nosotros.
Jesús comienza su camino cuando es condenado y carga con la cruz.
Lo acompañamos rezando y cantando juntos.
Jesús cae tres veces. Una mujer se acerca y limpia sus heridas.
Jesús se encuentra con su Mamá María.
Tras las rejas, lo despojan de su ropa y lo clavan a la cruz.
Una semilla, promesa de vida, es puesta en la tierra fresca y fértil.
Pronto será vida: flor y fruto, aroma y color.
Jesús, puesto silencioso en el sepulcro, es promesa de resurrección.
El padre Pablo caminó con nosotros y nos dio la bendición.
"No busquen entre los muertos al que está vivo.
¡JESÚS no está aquí, HA RESUCITADO!"
Lucas 24, 5
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.